El profesor Roberto Borselli, asesor pedagógico del proyecto de las Escuelas del Viento, pronunció un emocionado discurso en la inauguración de la escuela en Río Gallegos. Habló del perfil agropecuario, el desafío de los docentes y del compromiso de las familias.
La Escuela del Viento es un proyecto educativo mutualista de gestión privada impulsado por el Sindicato del Petróleo, Gas Privado y Energías Renovables de la provincia de Santa Cruz, a través de la Mutual “12 de Septiembre”.
El profesor Roberto Borselli, asesor educativo del SIPGER, de la Mutual y uno de los hacedores del proyecto de las Escuelas del Viento, pronunció un emocionado discurso en el que comenzó pidiendo “un fuerte aplauso para los trabajadores, para los trabajadores petroleros, para los colaboradores que estuvieron mañana, tarde, noche, sábados y domingos, con viento, frío, calor. Este es un reconocimiento para ellos”.
Ante los flamantes alumnos, expresó “queremos que esta escuela sea su segundo hogar” y continuó: “un mensaje a las familias: un agradecimiento por confiar en este proyecto que recién se inicia. A los directivos: que tienen la gran responsabilidad de liderar, construir y el gran desafío de romper estas tradiciones de la escuela argentina y que hoy exigen un cambio sustantivo por cómo se cruzan las tecnologías y este mundo contemporáneo”.
También “a los docentes, para que se permitan pensar prácticas docentes diferentes y empezar a interpelar los formatos escolares, los tiempos, los agrupamientos, los espacios; a la sociedad civil porque los vamos a necesitar”.
El perfil agropecuario de la Escuela
Con relación al perfil profesional de la Escuela del Viento de Río Gallegos apuntó: “vamos a formar técnicos en producción agropecuaria y esto requiere sí o sí que toda la sociedad civil que tenga que ver con el sector agropecuario pueda tener trasferencia en conocimientos y tecnológica, para ayudar a este colegio que recién se está iniciando”.
Continuó diciendo que “las escuelas de hoy necesitan liderazgo pedagógico efectivo, necesitan empezar a pensar un compromiso con la excelencia educativa, pensar la centralidad de los estudiantes”. Por eso “el desarrollo profesional de los docentes también debe ser una característica que atraviesa la cultura escolar porque los cambios son vertiginosos y ya no podemos quedarnos con los títulos que nos recibimos”.
En ese contexto remarcó “la integración de la tecnología al currículum, que es un tema muy complejo pero que se requiere, sí o sí, para pensar estos nuevos cambios que tenemos que introducir en las escuelas”.
Respetar a los docentes
“Los docentes deben empezar a ser respetados y empoderados por la sociedad. La sociedad tiene que poner en la agenda que la educación es el valor más importante. Si no empezamos a trabajar todos por un compromiso con la educación que tenga que ver con poner a la educación como el valor social más importante, no vamos a tener futuro”, continuó en su alocución.
Con relación a la alfabetización señaló que “no solamente se necesita enseñar y aprender sino que los chicos comprendan efectivamente lo que leen y escriben cuando terminan tercer grado”.
Las secuelas de la pandemia
“El tema de la equidad –siguió Borselli–; todavía tenemos las consecuencias de la pandemia. Entonces tenemos que ser empáticos, ponernos en el lugar de los docentes que tienen un trabajo muy complejo, muy arduo porque muchos de los alumnos que hoy están en los nodos superiores, son producto de esa pandemia que atravesaron como jóvenes y niños”.
Los libros
Más adelante señaló: “hay que mejorar la política de los libros de texto. La escuela no puede renunciar al tema de los textos, al contrario, tenemos que estimular la lectura. Se lee para toda la vida. Una escritora noruega decía: leemos para saber que no estamos solos. La humanidad siempre va a tener libros”.
Los pasos previos a las Escuelas del Viento
En el tramo final de su discurso, el profesor Borselli planteó “la apertura al cambio”. “Creemos como escuela en el diálogo para la construcción colectiva. El equipo es la clave, por eso empecé mis palabras con esta felicitación a los trabajadores y a la conducción, tanto del que fue, en 2020, cuando visionaron este proyecto educativo, Claudio Vidal y hoy continúa Rafael Guenchenen, porque tuvieron la visión clara de hacia dónde querían llegar”.
Al respecto señaló que “ellos empezaron en 2017, 2018, con las escuelitas petroleras que eran un dispositivo de apoyo escolar destinado a los alumnos hijos de afiliados petroleros. Después se fue incorporando la educación secundaria, no solo primaria. Y por último empezamos en 2019 a trabajar en esta construcción de las escuelas”.
Palabras finales
“Por último, la idea es que debemos aprender más y mejor, generar igualdad de oportunidades, vuelvo a reiterar: prestigiar la docencia y juntos escuela familia y comunidad. Por eso invitamos a todos los papás de los alumnos y alumnas de las escuelas a que participen activamente, que vengan a la escuela, que se acerquen a compartir clases, ustedes son parte integrante de esta comunidad educativa. Y el acompañamiento tiene que ser una característica de esta institución educativa”, expresó.
“Para terminar, quería leer una sola frase de una experta en educación, que se llama Guillermina Tiramonti, escribió hace uno o dos días. Ella dice: uno de los desafíos de la educación es pensar nuevamente en qué mundo vivimos, qué tienen que aprender y cómo tienen que aprender los chicos. Muchas gracias”, finalizó Roberto Borselli con el aplauso de todos los presentes.