Dos operarios perdieron la vida en la explosión de un tanque de la playa de Terminales Marítimas Patagónicas (TERMAP) la tarde del 16 de enero de 1998. La intervención con un plan ideado permitió controlar el peligro en horas, para impedir la propagación del incendio y más víctimas fatales.
El ex Director de Defensa Civil Miguel Galán fue quien coordinó la tarea previa al suceso y la que se realizó ante el siniestro. En estas fechas, recordó los detalles de lo sucedido y la importancia de contar con un plan de contingencia.
“Siempre mi preocupación fue no ir detrás de la emergencia, sino prever o ir a la par, que no nos agarre desprevenidos”, destacó en una entrevista realizada por el programa A Contra Reloj de Radio Municipal.
Galán recordó que en ese momento estaba sobrevolando en helicóptero la costanera, buscando a una persona que había desaparecido en el mar. Al aterrizar, escuchó la fuerte explosión. “Veo la tapa del tanque volando por el aire”, remarcó
Todos los voluntarios habían ido a almorzar y por radio, los convocó y pidió que urgente se ponga en marcha el plan.
Hace tres meses lo había establecido,realizaba hipótesis de emergencia con planes de contingencia. Precisamente, había ideado un procedimiento ante explosión de tanques y estaciones de servicios. “Me trataban de loco y lamentablemente ocurrió”, aseveró.
El equipo integrado por Defensa Civil, Bomberos y Policía empezó a atacar el fuego con los medios disponibles, mientras Tránsito cortaba amplios sectores.
Miguel Galán, expresó que cada ente tenía su protocolo con roles claros. Defensa Civil de Caleta Olivia, Bomberos y Policía, al igual que Defensa Civil de Pico Truncado, Rada Tilly y Comodoro Rivadavia.
El ex Director, recordó que estaba prevista la evacuación del Barrio Mar del Plata con un punto de concentración para salir hacia zonas altas de Pico Truncado. Quienes vivieron ese siniestro, recuerdan que las llamas eran visibles a muchos kilómetros de distancia.
Junto a Raúl Muñoz y Juan Heupel al mando de Bomberos, intentaban que no se produjera una explosión “por simpatía” en otros tanques. Se solicitó el apoyo de Prefectura y un helicóptero arrojaba agua que sacaba del mar. Se agotó la espuma disponible y se solicitó detergente a todos los comercios para seguir atacando. Arribaron bomberos de Comodoro Rivadavia que reforzaron con más espuma y se logró controlar el siniestro.
Hoy, 26 años después, Miguel Galán lamenta las dos vidas perdidas. Para él, revivir los momentos de tensión y preocupación que pasaron esa tarde calurosa del 16 de enero, marcaron su vida, como así también la de muchos vecinos de nuestra ciudad.
Sin ese plan de evacuación y emergencia creado por Miguel, tal vez hubiese sido otra la suerte que hubieran corrido los 30 mil habitantes que Caleta Olivia tenía en aquellos años.